Está claro que, si vamos a tejer alguna prenda que nos encantó el patrón y la propuesta de la diseñadora, deberemos adaptarla a nuestro estilo. De forma natural tendemos a tejer siempre en los mismos colores, porque es más cómodo y porque acabamos comprando “el que nos gusta” (en ese momento de nuestra vida, vale decir)
Pero a veces (o, mejor dicho: ¡muchas veces!), esto nos cuesta más de la cuenta. No sabemos por dónde empezar… tenemos hilados ya comprados esperando a ser tejidos y queremos utilizarlos, pero… a veces esos colores no cuadran, comenzamos a pensar que deberíamos comprar algún nuevo color para combinar, y… ¡se produce el caos mental!
Entramos en colapso.
Borrachera de colores y ya no sabemos qué tenemos, qué podemos utilizar y qué podríamos o no comprar.